Impertérrito el silencio
camina por mi lado
rememorando irrisoriamente
mis sueños de juventud y dejándome
vacía de contenidos.
No viviré ya más esos sueños míos,
no beberé de nuevo
los momentos perdidos
escritos ya en la página del pasado.
De nuevo soy el tiempo que me queda.
Detrás de tantos sueños,
yace la sombra del recuerdo
y de un cuerpo desnudo
que ansía recomenzar de cero.
El aire se mancha
de un desagradable olor a muerte.
Son las flores putrefactas
que violan la limpieza del viento.
Un chorro de música
surge de la sombra del silencio...
como recordatorio de una juventud
tan lejana como pretérita.
Mi vida se asemeja a una botella vacía
que en otros tiempos
guardaba el mejor de los licores
y el germen de una felicidad
tan deseada...como necesaria
para seguir viviendo.
Mi querida amiga Charo, me haces entrar en tu silencio. No eres el tiempo que te queda, el tiempo es para amar, y ese nunca se acaba en el alma de una poeta como tu.Yo voy a llenar tu botella vacía para que vivas empezando de cero, con tu cuerpo adormilado, pero vivo.VIVO, porque la esperanza no puede morir en Charo Bustos Cruz.
ResponderEliminarTe dejo mi ternura con mil besos de esperanza.
Tu amiga
Sor.Cecilia
Hola, Charo:
ResponderEliminarLa juventud nunca se va, permanece guardada en nuestro corazón para que nunca dejemos de ser niños.
Un abrazo.
Maravilloso poema y muy guapa tú!
ResponderEliminarTe sigo en todas las redes sociales.
Besotes.
Montse#
Es un don innegable el tuyo de poder manejar la realidad con frases donde las palabras son pocas, justas y armónicas. Te felicito. Lo mío es prosa prosaica, no poética, pero que a su modo también busca crear conciencia y eliminar prejuicios, a favor de un mundo mejor para todos. Bievenida a mi blog lobigus.blogspot.com
ResponderEliminarNo somos solo el tiempo que nos queda, sino también los recuerdos que atesoramos, tanto los buenos como los malos, porque en gran medida, son nuestras vivencias pasadas las que nos hacen ser lo que somos, y la vivencias futuras nos seguiran puliendo, o quizá rompiéndonos a pedazos y cada pedazo también seremos nosotros mismos en nuestro ánimo y en el corazón de otros.
ResponderEliminarMe ha encantado tu poema, a pesar de la tristeza que rezuma... y escribir versos tan bellos es un buen motivo para ver la botella llena hasta rebosar.
Besos
Bonito poema de recuerdos juveniles.......las botellas vacías que ya no tienen licor todavía pueden servir para muchas cosas útiles y prácticas, además se las puede volver a llenar del licor que más guste.Besotes
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