Cuánto silencio concentramos sin un gesto!
Cuánto dolor y cuánta soledad
en esta vida que se escapa sin tocarnos!
Cuánta rabia contenida en un grito callado en la garganta!
Cuánta verdad silenciada,
Dios,
cuántas palabras sin eco y cuánto silencio!
Tenemos el cuerpo aterido de un frío
y una escarcha de agua contenida,
un hielo transparente e invisible
que nos atenaza el alma
y nos sella la boca de silencio.
Mañana,
sí, quizás mañana será el dia definitivo
en que las palabras se atropellarán de una vez en la garganta,
saliendo en un grito de libertad
sin tropel ni contención ya para siempre....